Esta noche es imposible detenernos,
por lo visto no es nuestra intención
porque ríes mientras te desvisto
porque ya perdí remera y pantalón.
En tus ojos puedo leer tus fantasías,
y al instante en las mías se transforman
en tus formas regaré nuestra pasión,
en mi cuello marcarás otras heridas,
y en tu ombligo sembraremos nuestro amor.
Tus uñas dibujan sangre en mis espaldas,
las mías atan tus cabellos a mi corazón,
tus pechos están jugando con mis sueños,
y mi lengua divirtiéndose en tu ser.
Con tus piernas me llevas al infierno
del fuego mas dulce y mas intenso
y a la vez yo te elevo hasta el cielo
aleteando con mis alas en tu interior.
Está bien, ya hicimos nuestra guerra
pero ambos nos debemos la revancha,
bebamos una copa mas de nuestro sudor
y acabemos embriagados de placer.
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