Supongamos, un instante,
que el mundo ha cambiado
y la gente ya es ganado
que va solo al matadero
al que llaman trabajo.
Supongamos, solamente,
que les ordeñan la vida
y si su leche no es buena
los desangran y hacen morcillas
para alimentar sus crías.
Supongamos, nada más,
que también se hagan calzados
-los mejores del mercado-
con el cuero de los niños
sin futuro y sin pasado.
Supongamos, ciegamente,
que un filete de un ser muerto
vale mas que todo el cuerpo
de ese otro que lo extraña
y también mas que viviendo.
Supongamos, por decir,
que ese mundo fuera real,
que solo ésto fuera verdad,
que pudieras estar fuera,
que lo quisieras cambiar.
Supongamos, como final,
que no estamos suponiendo...
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